martes, 25 de noviembre de 2008

Quantum of Solace



Todo comienza con una vista aérea impresionante donde podemos observar una isla preciosa a lo lejos. La escena transcurre lentamente, música de fondo y tranquilidad aparente. Pero en cuestión de segundos un cambio radical de cámara nos acerca a una velocidad vertiginosa hasta una carretera sinuosa que se escondía antes. Tan sólo 30 segundos de descanso y empieza la acción. A partir de aquí todo es pura adrenalina: una persecución increíble, coches de lujo, disparos, peleas y acción por todas partes. Bienvenidos a  Quantum of Solace.

Después de esos minutos que te dejan pegado a la butaca comienzan los títulos iniciales, mientras suena de fondo Another way to day, un temazo de Alicia Keys y Jack White. Aún con el shock inicial en el cuerpo, las sensaciones son buenas y una vez que acaba este pequeño inciso sabemos que nos encontramos ante una secuela  prometedora. No obstante esta nueva entrega se queda ahí, en lo que podía haber sido y no fué.  El film es bueno, destacan las numerosas secuencias de acción, en ocasiones frenéticas, que no dan prácticamente tiempo al espectador a recuperar el aliento. El trabajo con los decorados es correcto así como la puesta en escena de los personajes. Hay que destacar el total protagonismo de Daniel Craig y el papel secundario de la "chica bond". Incluso el papel de Fernando Guillén Cuervo, que aunque es corto está muy bien interpretado. En cualquier caso la película no llega a la altura de Casino Royale, la primera aventura de la era Craig. Y esto se debe principalmente a la ausencia de un argumento fuerte, que llegue más allá de la venganza desenfrenada que busca el agente durante toda la película. Mientras la ves no sientes esa intriga por lo que pueda suceder, no existe una gran misión que cumplir y un proceso lógico que mantenga el suspense. La película no dura excesivamente mucho, pero en algunos momentos se hace interminable. Y no porque llegue a aburrir, sino porque no se sabe muy bien cuando (y cómo) acabará. Más bien asistimos a un conjunto de historias que se suceden sin demasiada relación.

El agente ayuda a confirmar esta teoría, ya que no para quieto ni un segundo, no hay tiempo para la reflexión: se pasa casi toda la aventura con la cara llena de heridas, la ropa desgarrada y manchada de sangre y una actitud salvaje. No es el mismo que conocimos en la anterior película, no es refinado ni sutil. No distingue entre amigos o enemigos, actúa sin piedad y se convierte en un asesino cruel. En cualquier caso hay que recordar que el agente estaría encontrándose a sí mismo para llegar a ser el 007 “de siempre”. Hasta entonces habrá que ver si la saga da un giro y se mantiene estable o se convierte sin remedio en un clon de las películas del agente Jason Bourne.

david..


>

No hay comentarios: