En este blog normalmente os solemos recomendar planes que hacer, lugares que visitar o eventos a los que asistir, pero en esta ocasión hacemos todo lo contrario, os recomendamos algo que no hacer: ir al cine a ver Ultimátum a la Tierra.
Ultimátum a la Tierra es un remake de la película del mismo nombre de 1951, que nos narra la llegada a nuestro planeta de unos extraterrestres cuyo fin es salvar a todas las especies de la Tierra excepto a la humana, por ser la culpable del deterioro del globo terráqueo. Hasta aquí todo puede parecer normal y te puedes esperar cualquier cosa, al fin y al cabo es una película de ciencia ficción, pero si esperamos el típico largometraje de Hollywood con sus interminables momentos de acción, sus espectaculares efectos audiovisuales, sus peleas entre terrícolas y alienígenas, su presidente de los EEUU mandando mensajes de paz... Pues de eso nada, es mucho peor.
Salvando los efectos especiales, se trata de una película sin nada de ritmo (a pesar de que en el trailer que os ponemos abajo pueda parecer todo lo contrario) que acaba por hacerse larga y pesada, y por conducirnos a la más placentera somnolencia. Los únicos disparos que podemos ver en las casi dos horas de película son los de los soldados norteamericanos hacia el arma de destrucción masiva extraterrestre, una especie de action man gigante y de hierro que, con un mísero pitidito, tumba a todo el que se le ponga por delante en menos que canta un gallo. Si a esto le sumamos referencias bíblicas al Arca de Noé y al Diluvio universal, la actuación de un Keanu Reeves que deja bastante que desear, las reuniones de los extraterrestres invasores comiendo hamburguesas en un McDonalds, o que el único extraterrestre que aparece en toda la película es un cuerpo humano revestido de placenta (sí, de placenta), pues tenemos uno de los mayores bodrios habidos y por haber de la historia del séptimo arte.
Y del final... mejor ni hablemos.
Ultimátum a la Tierra es un remake de la película del mismo nombre de 1951, que nos narra la llegada a nuestro planeta de unos extraterrestres cuyo fin es salvar a todas las especies de la Tierra excepto a la humana, por ser la culpable del deterioro del globo terráqueo. Hasta aquí todo puede parecer normal y te puedes esperar cualquier cosa, al fin y al cabo es una película de ciencia ficción, pero si esperamos el típico largometraje de Hollywood con sus interminables momentos de acción, sus espectaculares efectos audiovisuales, sus peleas entre terrícolas y alienígenas, su presidente de los EEUU mandando mensajes de paz... Pues de eso nada, es mucho peor.
Salvando los efectos especiales, se trata de una película sin nada de ritmo (a pesar de que en el trailer que os ponemos abajo pueda parecer todo lo contrario) que acaba por hacerse larga y pesada, y por conducirnos a la más placentera somnolencia. Los únicos disparos que podemos ver en las casi dos horas de película son los de los soldados norteamericanos hacia el arma de destrucción masiva extraterrestre, una especie de action man gigante y de hierro que, con un mísero pitidito, tumba a todo el que se le ponga por delante en menos que canta un gallo. Si a esto le sumamos referencias bíblicas al Arca de Noé y al Diluvio universal, la actuación de un Keanu Reeves que deja bastante que desear, las reuniones de los extraterrestres invasores comiendo hamburguesas en un McDonalds, o que el único extraterrestre que aparece en toda la película es un cuerpo humano revestido de placenta (sí, de placenta), pues tenemos uno de los mayores bodrios habidos y por haber de la historia del séptimo arte.
Y del final... mejor ni hablemos.
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