viernes, 23 de enero de 2009

Crepúsculo



En los últimos años han sido varias las sagas literarias que se han atrevido a dar el salto al celuloide con mayor o menor éxito: Harry Potter, El Señor de los Anillos, Eragon o  Las Crónicas de Narnia. Universos fantásticos que han cuajado en unas horas de metraje; y la obra de Stephenie Meyer, Crepúsculo¸ no podía ser menos.

 La historia arranca con Bella (Kristen Stewart), una joven obligada a pasar una temporada con su padre en Forks, un frío y aislado pueblo de Washington, después de que su madre se case por segunda vez. Mientras intenta incorporarse a las clases en el instituto, su atención se centra en un grupo de extraños jóvenes de una belleza y palidez absorbentes, entre los que destaca Edward (Robert Pattinson). A partir de ese momento se produce una atracción mutua entre los dos jóvenes, hasta que Bella descubre que es un vampiro e inician una relación amorosa llena de peligros y aventuras.

 Aunque la idea con la que parte Crepúsculo, esa unión de jóvenes enfrentados, una chica guapa, seres monstruosos, vampiros y una historia de amor, da para mucho juego el resultado final no está a la altura. La trama no avanza de una manera lógica y comprensible, ya que se destinan demasiados minutos a las escenas entre la joven y su padre, al instituto, donde se va mostrando día a día como surge la relación entre los protagonistas o a la escena final del baile, totalmente fútil. Esto provoca que en muchas ocasiones el film se torne interminable. Tan sólo en la última media hora se atisba el intento de aparentar acción y dramatismo, cuando se enfrentan los dos clanes de vampiros (en un partido de béisbol donde se muestran unos pésimos efectos especiales que imitan la velocidad de la luz) y se inicia después una persecución para dar caza a la joven que culmina con un enfrentamiento tan ligth que es mejor no comentar.

En Crepúsculo no están los elementos clásicos de las películas de chupasangres: los monstruos no tienen “sed de sangre”, hay una ausencia total de violencia, los vampiros no son horrendos o escalofriantes y cuando les da la luz del sol no se queman, sino que desprenden un brillo dorado. Y por si fuera poco se desplazan en coches deportivos, porque no vuelan. Esta tan sólo es una película más de adolescentes enamorados pero, eso sí, envuelta con un halo de misterio y unos “superpoderes”. Consigue entretener y cumple a duras penas su función, aunque está destinada a convertirse en un blockbuster. A mí me ha dejado indiferente, porque tampoco esperaba algo más. Pero quizás para otra gente no; todo depende de las expectativas del público.

 

 

 

1 comentario:

Pilar y Helena dijo...

A mi me encantó la película!!! Sí es verdad que esperaba un poco más de acción o que se viera algo mas de fantastico respecto a los vampiros (me los esperaba más monstruosos), pero la peli me encanta!!!
Habrá que esperar a la segunda parte a ver qué pasa, igual con la "Luna nueva" sí que se vuelves más "vampiros".
Un besillo waposss