El pasado viernes día 9 salió a la luz la beta del nuevo sistema operativo de Microsoft: Windows 7. Con este nuevo proyecto el gigante informático pretende recuperar el terreno perdido con Windows Vista, uno de los productos más criticados de la compañía, que ha causado grandes quebraderos de cabeza a los usuarios. Windows 7 promete ser el mejor y más estable sistema operativo lanzado por Microsoft hasta la fecha. Una de sus principales novedades es el mayor nivel de optimización, ya que esta nueva versión requiere la mitad de requisitos que la anterior (1ghz de procesador y una giga de RAM). De este modo la compañía espera que este nuevo Windows reemplace al XP en los ordenadores medios de sobremesa y en los notebooks portátiles.
Además, el nuevo Windows 7 contará con una interfaz gráfica más intuitiva y sencilla que las anteriores versiones. Ahora la barra de tareas tiene un aspecto más limpio y los iconos son más grandes, para tener todas las aplicaciones controladas con un golpe de vista. En cualquier caso podemos decir que no presenta novedades visuales notables respecto al Vista, ya que de hecho se siguen utilizando los efectos Aero y Glass. Además se ha incluido la tecnología TouchScreen que permite entre otras cosas un control total de las aplicaciones mediante el uso de pantallas táctiles. Por ejemplo podremos agrandar o hacer zoom en las imágenes usando los dos dedos. Sin embargo uno de los puntos negativos reseñables es que para mover con soltura todos esos efectos hará falta una tarjeta gráfica de gama media para arriba.
¿Salvará este nuevo Windows a la compañía tras su anterior estrepitoso fracaso? ¿Podrá igualar por una vez la soltura y facilidad de los Mac o Linux? Las primeras impresiones entre críticos y usuarios son positivas. Ahora toca esperar un año hasta su lanzamiento definitivo, mientras tanto podéis descargar la beta de forma gratuita desde la misma página de Microsoft.
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