viernes, 30 de enero de 2009

Siete almas

Siete almas supone el regreso a la gran pantalla de Will Smith, sin lugar a dudas uno de los actores más rentables de Hollywood. En esta ocasión vuelve a ponerse a las órdenes del director italiano Gabrielle Muccino, con quien ya trabajó en En Busca de la felicidad adentrándose por primera vez en el mundo del drama. En este nuevo film el actor norteamericano sigue la misma línea, volviendo a poner de manifiesto el variado registro del otrora Príncipe de Bel Air.

En Siete almas Will Smith encarna a Ben Thomas, un inspector de impuestos deprimido, incapaz de vivir su propia vida y anclado en un trágico pasado, que adopta la decisión de convertirse en una especie de ángel de la guarda decidido a salvar la vida a siete desconocidos, en busca de redención para expiar el inquietante secreto que oculta. Con lo que Ben no cuenta es con enamorarse inesperadamente de uno de esos extraños, una hermosa mujer (interpretada por Rosario Dawson, cuya actuación es sin duda de lo mejor de la película) que empezará a cambiarle a él.

De esta manera, el multifacético actor se adentra en el conmovedor drama de un hombre atormentado, que actúa de un modo en ocasiones inexplicable, al igual que otros personajes que pasean por la historia, debido a unos saltos temporales organizados sin mucho sentido, que convierten Siete almas en un film difícil de seguir. Se trata de una de esas películas cuya trama, con forma de extraño rompecabezas, sólo adquiere sentido cuando llega el final, el cual, aunque acaba sorprendiendo, resulta un tanto predecible si se consigue hilar la historia.

Salvando estas dificultades y otros inconvenientes, como el lamentable doblaje del personaje de Elpidia Carrillo o el ritmo excesivamente lento que adquiere la historia en determinados momentos, nos encontramos ante la que seguramente será una de las más cautivadoras y emotivas historias que veremos este 2009. Con una cuidada escenografía, y con claras alusiones al sentimiento de culpabilidad y la necesidad de perdón, en ella Will Smith aborda de manera magistral un difícil e insulso personaje que al concluir la película ha adquirido para el espectador un carisma inesperado.

En definitiva, una historia donde lo más insignificante cobra valor, que invita a la reflexión y que, bien sea por lo emotivo de la trama o por lo incomprensible que resulta en ocasiones, no dejará a nadie indiferente.

A continuación os dejamos un fragmento de la divertida entrevista que le realizó Pablo Motos a Will Smith en El Hormiguero, cuando este vino a España a promocionar Siete almas.




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